La experiencia del juego está centrada en la construcción.
El mundo del juego está formado por bloques cúbicos sin gravedad(a
excepción de arena y grava), que representan distintos materiales, tales
como tierra, roca, hierro, oro, diamante, agua, troncos de árboles,
etc. Los jugadores pueden moverse libremente por él; y colocar otros
bloques y objetos, respetando siempre una red cúbica tridimensional.
El juego comienza generando el mapa del mundo mediante un algoritmo. Este se divide en diversos biomes («biomas»), regiones de geografía y clima determinados, tales como desiertos, bosques, océanos, pantanos, selvas y tundras. Los distintos niveles de profundidad del terreno son también simulados, creando montañas y cavernas subterráneas. Los diversos materiales del juego se reparten en relación a las características del terreno: minerales en las cavernas, nieve
en la tundra, etc. El motor del juego incluye también un ciclo
día-noche, de forma que la iluminación del mapa depende de este, así
como de la disposición del mapeado y de fuentes artificiales de luz
—distintas del sol y la luna— como antorchas, lava, piedra luminosa, hornos encendidos y fuego.
Además del paisaje, el mundo está poblado por mobs: criaturas móviles, tales como animales —incluyendo cerdos, ovejas, caballos, burros, etc.— y monstruos —como esqueletos, zombis, arañas,
etc.—. Para que algunas de estas criaturas aparezcan es necesario un
nivel determinado de iluminación: los monstruos en general sólo aparecen
en la oscuridad.
El mapeado no se genera por completo simultáneamente, sino que está dividido en chunks («trozos», «pedazos») de 16 × 16 bloques en horizontal. Los chunks cercanos al jugador se cargan en la memoria. A medida que este se desplaza, nuevos chunks son generados y añadidos al mapa.
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